Cristiano en Construcción

La Santidad no es el camino a Cristo, Cristo es el camino a la Santidad.

Archive for the ‘General’ Category

Gratitud

Posted by Jhon en martes, noviembre 7, 2023

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Una Vida Desproporcionada

Posted by Jhon en domingo, octubre 23, 2022

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Torciendo la Verdad – La Ley y Autoridad

Posted by Jhon en martes, septiembre 20, 2022

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¿Cómo saber cuando algo viene de Dios?

Posted by Jhon en viernes, agosto 19, 2022

Usualmente como creyentes nuestro deseo es o debería ser seguir la voluntad de Dios, y si estamos atentos en todo cuanto hacemos deberíamos tomar nuestras decisiones basados en ello, pero no son pocas las ocasiones en que nos encontramos preguntándonos si las oportunidades o situaciones que se nos presentan provienen de Dios, y es cuando solemos tomar dos posiciones, por un lado si es nuestro deseo hacer o tomar la oportunidad presente optamos por convencernos que es parte del plan de Dios para nosotros y proseguimos sin pensarlos demasiado ni mucho menos sin tomarnos el tiempo para examinar si en verdad esto es Su voluntad, y por otro lado podemos optar también por llegar al punto que podríamos llamar ‘parálisis espiritual’, donde por temor o inseguridad de si es o no la voluntad de Dios preferimos no actuar hasta no ver una luz que baja del cielo con letreros en neón asegurándonos que sí es la voluntad de Dios.

Ninguna de estas posiciones suele ser la más acertada y si el resultado no es el esperado terminamos culpando a Dios por las consecuencias de nuestras propias decisiones.

De manera que lo mejor que podemos hacer es asegurarnos de tomar la decisión basándonos en principios que nos puedan ayudar a discernir si en verdad proviene de Dios.

Vamos a comenzar por descartar algo que debería ser obvio pero que no lo es en muchas ocasiones cuando lo que se nos presenta brilla de tal forma que nos dejamos enceguecer hasta nublar nuestro discernimiento, aquello que es la voluntad de Dios NUNCA contradice Su Palabra, Pablo le enseña a Timoteo el valor de las escrituras y su propósito (2 Tim 3.16-17), Dios no se contradice a sí mismo y no te va a llevar jamás a tomar una decisión o ‘aprovechar una oportunidad’ cuando es obvio que esto contradice sus preceptos, jamás te va a poner frente a ti ‘la mujer idónea’ de tal forma que abandones tu matrimonio por esta ‘bendición’ que está poniendo delante de ti, ni te está brindando la oportunidad de tomar ese dinero ajeno para solucionar tu desorden económico, creo que está un poco clara la idea ¿verdad?, parece obvio y absurdo pero cuando nos dejamos guiar por el corazón y no por la comprensión de Las Escrituras llegamos a convencernos que ‘es la voluntad de Dios’. (Jer 17:9)

Otra consideración que debemos tomar es si la decisión que deseamos tomar es consistente con La forma como Dios trabaja y le da honra a Él, aquello que estas considerando ¿honra el carácter de Dios?, Quizás la decisión no sea tan clara desde el punto de vista escritural, no tengamos un ejemplo muy similar por el cual guiarnos a través de la biblia, pero si podemos discernir si la decisión que estamos por tomar lo honra, cualquier decisión que tomes el día de hoy es parte de la historia que vas a contar el día de mañana, cuando relates esta historia te atreverías a decir que fue la voluntad de Dios la que te guio a tomar esa decisión? La consecuencia de tu decisión lo honra a Él?, o por el contrario ni siquiera te atreverías a contar como conseguiste este resultado sino que más bien lo ocultarías como parte de un pasado vergonzoso aunque el resultado te sea satisfactorio.

También debemos considerar las personas afectadas por nuestras decisiones, por más que creamos que nuestras decisiones solo nos van a afectar a nosotros, a la larga terminan por afectar a otras personas, y normalmente van a ser los más cercanos, nuestros seres queridos, nuestras familias, los seres humanos somos interrelacionales por naturaleza, especialmente si te consideras un seguidor de Jesús, no puedes ser una isla aislada, entonces debemos preguntarnos ¿si esta decisión va a ser de bendición no solo para mí, sino cómo va a afectar a los demás?, estoy lastimando a alguien o a un grupo de personas con mi decisión, nuestra naturaleza humana nos invita a ser egoístas y pensar primeramente en nuestro beneficio personal, pero Jesús nos enseña a poner a los demás antes que a nosotros mismos como Él lo hizo (Mateo 20:26). Siempre que miramos hacia nuestro pasado y vemos nuestros mayores desaciertos vamos a encontrar la herida que causamos a alguien mas aún sin haberlo deseado.

Por último, lo que proviene de Dios te va a brindar paz, no necesariamente placer, pero si una paz que sobrepasa todo entendimiento (Filip 4:6-7), hay ocasiones en que nos vamos a ver confrontados con tomar una decisión que no es la que más nos agrada, pero llegamos a comprender que es la correcta y que proviene de Dios, que es parte de Su plan, lo honra y bendice a otras personas, aún a costa de nuestro propio beneficio, de eso se trata el amor sacrificial que nos enseñó Jesús, pero al final vamos a llenarnos de la paz y el gozo que solo provienen de saber y sentir que hemos hecho la voluntad de Dios y que al final esta decisión será también de bendición para nosotros mismos, aunque en ocasiones no podamos verlo en este momento.

En resumen, si lo que deseas es caminar conforme a la voluntad de Dios, siempre antes de tomar cualquier decisión, toma por habito hacerte estas preguntas, no tomes decisiones apresuradas que después termines por lamentar, pasa tu decisión por el filtro de estas preguntas poniendo la decisión en oración con la confianza de que el Espíritu Santo te guiará a tomar una decisión que:

  • Se ajusta a la palabra de Dios
  • Honra a Dios
  • Es de bendición no solo para ti
  • Te da la paz y confianza de estar haciendo Su voluntad.

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Rompiendo Paradigmas

Posted by Jhon en jueves, May 26, 2022

Por: Pastor Andrés Carrera del Río.

He escrito varias veces que debemos cambiar nombres que han permanecido con nosotros desde muchos siglos, y no tienen relación con la realidad de lo que Jesús enseñó. Por ejemplo, hablamos de leyes y mandamientos cuando realmente es sobre Gracia. Decimos Iglesia cuando el nombre es Templo, ya que iglesia es un grupo de personas que son parte de un movimiento que siguen a Cristo.

Así mismo, otro concepto que hemos recitado una y otra vez es el diezmo, que lastimosamente la gente asocia con algo negativo o lo ven como un negocio, donde personas se llenan los bolsillos con el trabajo de otros. Esto genera tal controversia, que muchos no quieran oír del evangelio, por lo tanto, si esto sucede, ¿qué tal si lo denominamos de otra forma?

Para responder si debemos remplazarlo, revisemos lo que algunos teólogos opinan sobre esta “obligación”. Por ejemplo:

1.- El pastor Armando Alducin afirma que el diezmo no es del Nuevo Testamento, porque el diezmo era obligatorio en Israel, indefectible, pero hoy hemos salido de la ley, y estamos en la ley de la libertad en Cristo. En 1 Corintios 16, Pablo nos dice que, en el primer día de la semana, o sea domingo cada uno de ustedes ponga aparte algo, según haya prosperado. Ya no hay ninguna ley que nos diga qué tanto dar. Si continuamos con el diezmo continuamos en la ley.

2.- El pastor Pablo David Santoyo nos dice que en el Nuevo Testamento la palabra diezmo se ha escrito solamente dos veces y ninguno de ellos nos menciona su obligatoriedad.

3.- El pastor Chuy Olivares menciona el abuso que se viene dando sobre diezmos, primicias y otras cosas parecidas que se fundamentan en el Antiguo Testamento, y que todas las instrucciones ahí son sombra de Jesús. Una vez venido Cristo todo eso está abolido.

4.- El predicador Suele Michelen, a su vez comenta que, todo es sobre Antiguo Testamento y que Abraham no lo realizaba siempre, sino que lo hizo una vez sobre un importe específico, y que toda la ley está abolida.

5.- El pastor Juan Manuel Vaz nos indica que, si queremos pagar el diezmo tenemos que entender que cuando sumas todos los pagos es del 23% el valor, y que en ese entonces el objetivo era que fuera un sistema tributario de la nación en general. En la iglesia esto no existe, y Pablo solo habla de ofrendas de ayuda.

Podría seguir, pero considero es suficiente para constatar que muchos estamos convencidos de que el diezmo no es obligatorio, sino un abuso de quienes lo promueven así, para solventar los gastos de una iglesia.

Entonces, como creyentes, cómo debemos transformar este término y cambiarlo por algo que sea bíblico y que atraiga a la gente al amor de Jesús y no a las obligaciones del diezmo.

Deberíamos iniciar con la palabra ofrenda, porque para Pablo todo donante lo debía hacer con tres características: ser generoso de acuerdo a como se prospera, darlo de corazón, es decir, nada obligado, peor advirtiendo que nos quemaremos en el infierno, y por último, con gozo, porque es importante tener una gran felicidad al colaborar en la meta de llevar a la gente a aceptar a Cristo.

Ahora, yo no me quedo tranquilo ni siquiera con renombrarlo como ofrenda, porque creo que no determina con claridad lo que debo hacer con gozo y sin obligación. Por eso prefiero la palabra GENEROSIDAD.

Cuando entrego algo debe ser porque sale de mi corazón generoso, de manera que se vea todo como una razón del agradecimiento de un corazón transformado. Ahora, si quiere que sea el 10% de sus ingresos o algo mayor o menor, entréguelo porque es su decisión hacerlo y no porque Dios le devolverá el doble o lo llenará de bendiciones materiales. Eso ya no sería generosidad sino conveniencia.

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Lo Que Escondes en Silencio

Posted by Jhon en domingo, May 22, 2022

Las últimas semanas, como antesala de lo que será el nuevo periodo de ‘Celebra tu recuperación’, hemos venido hablando acerca de un par de episodios de la vida de David, un hombre que como lo recuerda la Escritura en el libro de Hebreos, tenía un corazón conforme a la voluntad de Dios.

David durante toda su vida pasó grandes dificultades y desilusiones, pero al final de ellas, y a pesar de sus errores y equivocaciones, no solo es recordado gratamente a los ojos de Dios, sino que nos dejó grandes enseñanzas acerca de cómo tener una relación abierta y directa con Dios.

Muchas de estas enseñanzas las dejó plasmadas en el libro de Salmos, donde nos relata episodios de su vida y nos cuenta vívidamente su sentir en las diferentes etapas de su vida. Una de las más conocidas y vergonzosas de su vida es la historia bien conocida de su relación con Betsabé. David en un momento dado ve a esta mujer a quien desea y abusa de su posición para tener una relación indebida que no solo termina dejándole consecuencias a él, sino que su comportamiento involucra a personas inocentes e incluso se extiende hasta la pérdida del fruto de esta relación, que aún no había nacido.

La historia es bien conocida y no es el punto de esta corta reflexión dar otra vuelta más a un relato tan extensamente estudiado y enseñado.  En esta ocasión quisiera concentrarme en el tiempo que transcurrió desde el momento en que David comete su pecado hasta el momento en que se ve forzado a admitir su culpabilidad y pecaminosidad cuando es confrontado.

El comportamiento natural del hombre es tratar de presionar a Dios y vivir al borde del pecado, tenemos esa tendencia a vivir a la orilla del pecado, caminando sobre la línea pero tratando de evitar atravesarla, hasta que invariablemente terminamos extendiendo nuestros límites excusándonos y negándonos a cambiar de actitud a menos que las consecuencias nos hagan retroceder, mirar en perspectiva nuestro accionar, admitir que nos equivocamos y cambiar de proceder.

Lamentablemente esto puede tardar algún tiempo, en ocasiones años, y en algunos casos preferimos continuar viviendo en negación soportando las consecuencias.  Nos engañamos a nosotros mismos pensando que es mejor guardar silencio, hacer de oídos sordos si alguien nos muestra nuestro error y esconder en silencio aquello que termina forjando nuestras actitudes y proceder sin tomar en cuenta el daño que nos causamos a nosotros mismos y a otros, e invariablemente a quienes nos son más cercanos.

No es fácil, después de pasar muchas veces toda una vida negándonos a ver aquella herida que sufrimos a causa del pecado de otro o que causamos por nuestro pecado, iniciar ese cambio, iniciarlo hablando de ello, rompiendo ese silencio que durante mucho tiempo ha ido consumiendo nuestra vida, nuestra relación con Dios y nuestra relación con los demás.

David lo sabía de primera mano.  Después de su relación con Betsabé, trató de guardar silencio a sabiendas de que todo cuanto había hecho para ocultar esta relación no había hecho sino empeorar las circunstancias, causando la muerte de Urías y posteriormente del hijo engendrado con Betsabé.  No le fue fácil tener que admitir su error y necesitó ser confrontado para que finalmente dejara de guardar silencio y se presentara delante de Dios.

En el Salmo 32 podemos encontrar una descripción vívida de como sintió que su vida se consumía mientras guardaba silencio, y de cómo una vez que confesó y aceptó el perdón de Dios, pudo disfrutar de Su gracia una vez más.

A diferencia de David, quien usaba el silencio para buscar la presencia de Dios, solemos guardar silencio acerca de nuestro pecado, llenando ese espacio con el ruido de nuestra vida diaria, tratando de reemplazar ese tiempo en el que nos vemos confrontados con las consecuencias de aquella vieja herida (sufrida o causada).

A veces preferimos esconder en silencio aquello que nos duele confrontar, y seguiremos así, a menos que el dolor de las consecuencias sea mayor al dolor que nos causa el cambio que debemos hacer.

Es por esto que es de vital importancia romper ese silencio y permitir que salga a la luz aquello que hemos tratado de esconder durante largo tiempo, que en ocasiones está tan oculto que necesitamos de ayuda para poder hallarlo y comenzar a sanar.  Para esto debemos contar con una comunidad, con un círculo de apoyo con el que podamos contar mientras damos nuestros primeros pasos en el camino a la sanidad interior y a la restauración de nuestra relación con Dios, con quienes hemos lastimado y con quienes nos han lastimado.

David lo aprendió y en este mismo salmo nos relata del gozo que posteriormente volvió a disfrutar una vez que su relación con Dios fue restaurada, cómo a pesar de su momento de debilidad y pecaminosidad, una vez que dejó de ocultar su pecado y lo expuso delante de Dios, pudo sentir la gracia y el perdón otorgado para sanar su corazón y convertirlo en uno conforme a la voluntad de Dios.

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Partimiento del Pan

Posted by Jhon en lunes, May 2, 2022

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Religión de Atajos

Posted by Jhon en domingo, marzo 20, 2022

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Rompiendo Paradigmas

Posted by Jhon en sábado, julio 24, 2021

Por: Andrés Carrera del Río

He escrito varias veces que debemos cambiar nombres que han permanecido con nosotros desde muchos siglos, y no tienen relación con la realidad de lo que Jesús enseñó. Por ejemplo, hablamos de leyes y mandamientos cuando realmente es sobre Gracia. Decimos Iglesia cuando el nombre es Templo, ya que iglesia es un grupo de personas que son parte de un movimiento que siguen a Cristo.

Así mismo, otro concepto que hemos recitado una y otra vez es el diezmo, que lastimosamente la gente asocia con algo negativo o lo ven como un negocio, donde personas se llenan los bolsillos con el trabajo de otros. Esto genera tal controversia, que muchos no quieran oír del evangelio, por lo tanto, si esto sucede, ¿qué tal si lo denominamos de otra forma?

Para responder si debemos remplazarlo, revisemos lo que algunos teólogos opinan sobre esta “obligación”. Por ejemplo:

1.- El pastor Armando Alducin afirma que el diezmo no es del Nuevo Testamento, porque el diezmo era obligatorio en Israel, indefectible, pero hoy hemos salido de la ley, y estamos en la ley de la libertad en Cristo. En 1 Corintios 16, Pablo nos dice que, en el primer día de la semana, o sea domingo cada uno de ustedes ponga aparte algo, según haya prosperado. Ya no hay ninguna ley que nos diga qué tanto dar. Si continuamos con el diezmo continuamos en la ley.

2.- El pastor Pablo David Santoyo nos dice que en el Nuevo Testamento la palabra diezmo se ha escrito solamente dos veces y ninguno de ellos nos menciona su obligatoriedad.

3.- El pastor Chuy Olivares menciona el abuso que se viene dando sobre diezmos, primicias y otras cosas parecidas que se fundamentan en el Antiguo Testamento, y que todas las instrucciones ahí son sombra de Jesús. Una vez venido Cristo todo eso está abolido.

4.- El predicador Suele Michelen, a su vez comenta que, todo es sobre Antiguo Testamento y que Abraham no lo realizaba siempre, sino que lo hizo una vez sobre un importe específico, y que toda la ley está abolida.

5.- El pastor Juan Manuel Vaz nos indica que, si queremos pagar el diezmo tenemos que entender que cuando sumas todos los pagos es del 23% el valor, y que en ese entonces el objetivo era que fuera un sistema tributario de la nación en general. En la iglesia esto no existe, y Pablo solo habla de ofrendas de ayuda.

Podría seguir, pero considero es suficiente para constatar que muchos estamos convencidos de que el diezmo no es obligatorio, sino un abuso de quienes lo promueven así, para solventar los gastos de una iglesia.

Entonces, como creyentes, cómo debemos transformar este término y cambiarlo por algo que sea bíblico y que atraiga a la gente al amor de Jesús y no a las obligaciones del diezmo.

Deberíamos iniciar con la palabra ofrenda, porque para Pablo todo donante lo debía hacer con tres características: ser generoso de acuerdo a como se prospera, darlo de corazón, es decir, nada obligado, peor advirtiendo que nos quemaremos en el infierno, y por último, con gozo, porque es importante tener una gran felicidad al colaborar en la meta de llevar a la gente a aceptar a Cristo.

Ahora, yo no me quedo tranquilo ni siquiera con renombrarlo como ofrenda, porque creo que no determina con claridad lo que debo hacer con gozo y sin obligación. Por eso prefiero la palabra GENEROSIDAD.

Cuando entrego algo debe ser porque sale de mi corazón generoso, de manera que se vea todo como una razón del agradecimiento de un corazón transformado. Ahora, si quiere que sea el 10% de sus ingresos o algo mayor o menor, entréguelo porque es su decisión hacerlo y no porque Dios le devolverá el doble o lo llenará de bendiciones materiales. Eso ya no sería generosidad sino conveniencia.

En nuestro próximo artículo voy a aclarar qué nos muestra la generosidad, cómo se aplica en el Nuevo Testamento, y por qué esa palabra es la que nos deja ver lo que hay en nuestro corazón, un corazón que se rebosa por lo que Cristo ha hecho por mí, y la forma como entiendo será mi nueva forma de vida con mi prójimo.

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Una Gran Iglesia : Un gran desvio

Posted by Jhon en lunes, junio 14, 2021

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